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sábado, 12 de septiembre de 2009

En Blanco



Esta mañana me acabo de levantar algo insomne,
me pregunto como casi todos los días, acá en
Montevideo, porque convencí a esos catorce
cumpas para que fueran al Estadio.
Esta línea débil la he cruzado por cientos de
carreteras y aún permanezco detenido frente
al portón verde que fue lo único que pude ver.
El papel en blanco me viene derrotando
desde hace décadas, mi condena es no saber
que permitió que yo esté vivo. Aunque sé que
pude escapar gracias a un contacto con la Curia.
Perdí la voz el mes de Noviembre de 1977,
luego de un tratamiento para ablandarme,
grité para que los chicos se enteren pero no
podían escuchar después de tanta máquina.
El Chato tenía un plan para mí que era el más
viejo, me obligó a convencer a los más chicos,


Todavía no ha llegado Walter con El País,
me da tiempo para preparar unos mates
debe ser más temprano que de costumbre,
me cuesta conciliar el sueño.
Hay momentos en que me quedo adormecido,
y mis recuerdos son casi presente,
volviendo a revivir lo indecible.



Quedé detenido en La Perla, en Agosto de 1977,
tuve oportunidad allí de conocer a Luciana
que estaba embarazada y a su compañero Germán.
A pesar de las vendas y las sesiones,
conseguimos hilar algunas palabras.
Supe que ambos eran universitarios,
que cursaban la carrera de Sociología.
Luciana era Presidente de la Comisión de Cultura
del Centro de Estudiantes, mientras que
Germán era fotógrafo del periódico del partido.


Walter pasate, no, no es nada solo unos papeles
que estoy ordenando, que dice el diario ?
Ah si, otra vez con las pasteras, que se le va a hacer.
Tamos, si que andes bien.
No, si con unos lomitos tamos bien,
hoy me toca a mí ir por los chiquilines.
Dejalo así nomás. Gracias


Al cabo del primer mes de estadía en la pensión,
al Chato se le ocurrió una brillante idea que
fue apoyada por el Rata Gutiérrez.
El plan era el siguiente, durante el entrenamiento
de la selección del interior de fútbol, y para presentar
las obras en el Chateau Carreras, debíamos salir
algunos de los detenidos que estábamos en las
listas de Amnesty en Europa, nos daban camisetas
de la selección de fútbol y nos sacaban fotos con los
DNI en mano, Germán era quien nos fotografiaba.
Esas fotos viajaban con cartas falsas dirigidas,
a los organismos de Derechos Humanos,
para mostrar la mentira que en el mundo
divulgaban los miembros del comunismo apátrida.
En síntesis toda una respuesta a la campaña
antiargentina, encabezada por la secretaria
Patricia Derian y sus súbditos internacionales.



Al Artigas los llevaré hoy, tienen prueba física
y luego veremos si quedan. Si no vamos a
probar en Danubio, donde tengo conocidos.
Claro que si, ta ta.
Si, tenemos championes nuevos para que
los estrenen justamente hoy.
No hace falta, tomate el bus y lo arreglamos luego.



Una vez que esta practica se efectuaba con éxito,
se traía a los presos que habían prestado testimonio
y como premio se los trasladaba para quedar a
disposición del PEN.
El traslado como tiempo después pude averiguar
consistía en fusilamientos por la madrugada
en campos próximos a La Perla.


Germán donde está Luciana,
si, se la llevaron estaba gritando, pedía un médico,
creo que estaba por parir.
¿Dónde está?


Cállese viejo inútil,
cuanto tiempo más cree que puedo escucharlo.
O quiere ir usted también al quirófano.



El niño donde está ? Con los chiquilines no,
no lo puedo encontrar. Era rubio como la mamá
Pero ya no es uno de ellos no?
Luciana y Germán caminan de la mano
por la Rambla, estarán llegando a Pocitos,
hoy por la tarde con el sol podrán tomar un baño.
Yo cuidaré del chiquilín.
Nunca más pude regresar, algo de mí se quedó allí.
Me transformé en otro ser, no pude luchar más.
Mi castigo es vivir como una sombra que mira
el Río de La Plata. Lo veo desde enfrente.
El sol cae hacia el Oeste sobre el río,
allí brillan las sombras de Luciana, Germán,
su pequeño y de los otro doce.



Si no hubiera hablado, si no los hubiera
convencido del engaño, me culparé siempre
pero que podía hacer, creí toda mi vida en
utopías, salvarlos era una de ellas.


Donde están los chiquilines,
si, soy el abuelo, no ellos no lo saben,
no me conocen pero algún día me voy a
presentar y les podré contar esta historia
y la historia de sus papas y podré dejar de sufrir.
Ellos no están más, viven en mi memoria.
Viven donde vivo yo, muy lejos del mundo.

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