La Botella

Tomó entre sus manos la botella que el mar devolvió a la playa, la miró y embebido en ella abrió los ojos, al verla recordó ese párrafo olvidado de los evangelios Tomen y coman todos de Él. Era de noche, muy poca luz rodeaba a Javier, se repetía a sí mismo que no podía ser cierto, las velas lo fueron rodeando de un aura de misticismo. No había olores ni recuerdos, una imagen perfecta aparecía en su mente, algo como un baúl de vivencias. El estado de ensoñación lo volcaba más a ese diálogo con la divinidad. Se preguntaba por su alma, detenida tras la muerte de su hermano Guillermo. Allí también vivían algunas de sus fantasías más fuertes. Aquellos que crean en mí, vivirán para siempre. Ese pequeño lugar cifrado, cofre del espíritu, no tenía llaves ni candados y era recorrido por Javier, cada vez que una botella hacía presente la muerte de Guillermo en un accidente automovilístico. Había alcohol en la sangre de su hermano, y aunque podríamos decir que esa imagen tenía colores,...