Otro Veinticuatro

Amanece después de una noche de luna llena. Buscamos sus voces, recorriendo los edificios por donde se los vio por última vez Miedo Llanto Dolor profundo Silencio Carne desgarrada Ideas a punto de explotar Y luego, vacio enajenación del cuerpo Cuerpo percibido como un envase, que no les pertenece mas Y asi domesticados e inyectados Vuelan hacia el río marrón. Dicen años más tarde que de algunos queda parte de sus huesos. Prefiero quedarme con la poesía de Paco, la pluma de Rodolfo, las historias de Horacio Pero ellos no están viven con nosotros a través de los recuerdos. Sin embargo las que sí están son las Abuelas y las Madres Están los Hijos Están los Organismos Estamos Todos Porque no podremos olvidar jamás. Memoria, Verdad, Justicia