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sábado, 12 de septiembre de 2009

PENAL



texto defendiéndose de la muerte, apareció
bajo la reforma del Museo Anarquista, como les
gustaba llamarlo a los coroneles de los 60.
La cuestión es que frente a la celda del
petiso orejudo, en una hendija de la puerta
original de madera se encontraron distintos textos.
Todos ellos se supo que pertenecen al mismo autor,
por pericias caligráficas.
Sin embargo a pesar de los registros del Servicio
Penitenciario Federal,no es posible comparar
la letra de los textos con la de algunos de los
reclusos habitantes de la celda 34, en la lista
encontramos tres sindicalistas, dos de ellos
anarquistas, un poeta y un asesino serial.
Pueden preguntarse porque me fue encomendada
esta tarea, que realizo con extrema prudencia
para no arribar a conclusiones falsas, y no creo
que puedan hallar una justa respuesta.
Mi equipo está compuesto por un filósofo,
un polítologo, una psicóloga, una socióloga
y estamos buscando a un semiólogo recomendado
por esta última, que está de viaje por un Congreso
de la Lengua en Guadalajara.
Nuestra idea es desatar el nudo creado por
estos textos, que sorprendieron a los hombres
que refaccionaban el antiguo penal, para convertirlo
en Museo.
Lo más sorprendente es que las primeras versiones
eran, como supimos luego, apócrifas. Nunca hubo
un texto, más bien podríamos decirlo de dos formas,
collage o patchwork según se preferiera, uno u otro
vocablo.
Cada frase parece la respuesta a una pregunta dictada
por otro recluso, como una forma de diálogo o de
adoctrinamiento. Curiosamente parece haber sido escrito
con carbonilla, inexistente en la isla. Aunque otras
secciones del texto podrían haber sido escritas con
tinta tipográfica, existente en la imprenta del Presidio.
Otra leyenda que circula aún hoy entre los primitivos
pobladores es que en cada una de las puertas de las
celdas que se quitaron, había por lo menos un mensaje
cifrado para el próximo inquilino de la celda.
La verdad es que no lo tenemos confirmado pero
aparentemente el grupo de Eduardo Páez está trabajando
en lo mismo desde hace tres años, aunque sin la
colaboración de grupos independientes pertenecientes
a sectores politizados de la población de la isla.
En una primera mirada a las consignas escritas
desciframos textos claros concisos y estrictos:

" El Estado capitalista constituye una estructura
que posibilita la explotación de la clase obrera
y por ello debe ser destruido."

En otra parte del texto que pudimos descifrar hallamos esto:

" La organización social ha de estructurarse
de abajo hacia arriba, partiendo de pequeñas comunidades
autosuficientes y por libre decisión de sus miembros,
expresada a través del sufragio universal,
nunca por imposición."

Estos párrafos coinciden con un lenguaje de
principios del siglo XX, de un sindicalismo anarquista
y vanguardista con frases de común circulación en
La Protesta Humana, que es claramente anticlerical
y que pone en cuestión lo estipulado por esa sociedad.

De otros artículos de la época transcribimos
varias canciones y consignas dedicadas
a Simón Radowitzky.


"Simón, la fe no desmaya
y el pueblo sí que resiste
te ha de sacar, Radowitzky,
de las mazmorras de Ushuaia."

"Los tiempos ya terminaron
en que hubo feudales bravos
que agarraban a los esclavos
y fiero los azotaron
¡Hoy no! Ya se rebelaron,
Y ese hombre hoy, febril y ardiente
cuando ve que un prepotente
burgués quiere maltratarlo:
cara a cara ha de mirarlo,
cuerpo a cuerpo y frente a frente!"


"Traigo aquí para Simón
este manojo de flores,
del jardín de los dolores
del alma y del corazón:
traigo para aquel varón
valiente y decidido,
este manojo que ha sido
hecho con fibras del alma,
en un momento sin calma
de rebelde convencido."


Cuando buscamos la causa del emplazamiento de este
Penal a más de tres mil kilómetros de Buenos Aires,
nos queda claro que aquellos que tenían ideas
contrarias al inmaculado Ser Nacional, debían sufrir
el castigo del frío eterno.
Sin embargo queremos estar seguros que estos otros
textos que tomaron forma de poesía y de frases sueltas,
también pertenezcan a consignas anarquistas.
Quienes las pudieron leer por primera vez, usaron
la coraza de la locura para desechar toda luz
que pudiera decirnos algo sobre esas pequeñas
piezas compuestas de frases, en las que para leerlas
debíamos reemplazar sustantivos por una preposición
en secuencia de dos en dos, y finalmente cambiar
el genero y número para muchas de las palabras,
finalmente otros textos debían ser leídos como textos
hebreos de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba.
Acá copiamos una proclama, cuya copia apareció
entre leños en el tren del fin del mundo.

La Protesta, 1905
"Cuando veo el amor tan esclavo
de la ley, de los padres y el cura,
del dinero, cadenas tan duras,
con que lo ata esta ruin sociedad,
Yo levanto la fuerte protesta
De mujer que, sintiéndose esclava,
Al amar libremente proclama
Libertad, libertad, libertad."

Comprobar la locura de un ser sometido a duchas
de agua helada, y castigos de ropa mojada para
dormir en invierno, es como pretender ubicar
la cordura entre los torturadores y asesinos.
Sin embargo algo de dignidad podemos encontrar
en esos hombres que picaban para construir este
panóptico, en plena oscuridad de madrugada y con
temperaturas extremas, dignidad y lucidez para
continuar transmitiendo un mensaje.

Esto esta publicado en La Protesta Humana
del 1º de Mayo de 1918

" Mil y mil veces maldita tierra aborrecida del crimen,
del sufrimiento y del sicario. Bajo el azote helado
de tus huracanes gime el hombre; la angustia roe
las almas de las víctimas; los abnegados, los Radowitzky,
agonizan, mártires de la chusma del máuser, y,
sobre el hórrido concierto de sollozos, se oye,
siniestra, la carcajada del verdugo."

Esta primera aproximación se cierra con texto
de Roberto Arlt, que describe a un anarquista
en sus Aguafuertes Porteñas.

" Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad.
Si sufre o no, es un secreto. Pero permanece así,
tieso, orgulloso. Surge una dificultad.
El temor al rebote de las balas hace que
se ordene a la tropa, perpendicular al pelotón
fusilero, retirarse unos pasos.
Di Giovanni permanece recto, apoyada la espalda
en el respaldar. Sobre su cabeza, en una franja
de muralla gris, se mueven piernas de soldados.
Saca pecho. ¿Será para recibir las balas?
-Pelotón, firme. Apunten.
La voz del reo estalla metálica, vibrante:
-¡Viva la anarquía!
-¡Fuego!
Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha
convertido en una doblada lámina de papel.
Las balas rompen la soga. El cuerpo cae
de cabeza y queda en el pasto verde con
las manos tocando las rodillas.
Fogonazo del tiro de gracia.
Muerto."

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