Recostada,
Apenas respirando,
con los ojos tapados vendados.
Puede ser mujer,
institución,
madre o país.
Entregada,
caída entre las hojas caídas,
derrumbada,
con las fantasías vacías
o simplemente dormida,
con las ilusiones desplegadas,
con la energía que la despertará,
con la sangre ardiendo
dentro de su cuerpo motor.
Tal vez presa o rehén
de su erotismo perfumado
Pero siempre alerta
Para soñar al que la sueña
Para alentar al que la alienta
Para acurrucar al sol dentro de sus corrientes
Y cobijando
Madre dulzura
la bandera del olvidado
En una tibia espera
de siesta de minutos
Para despertar
voluptuosa y potente
crecer imagen
saborear sentido.
No creas que podrán
cauterizarla sin sanarla,
o domesticarla vendiendo sus luchas
a cambio de una lluvia de flores mustias.
Cuantos la creyeron muerta
temblaron al oír sus latidos,
porque la vida que exhiben sus poros
es la de una sabiduría forjada
por las que la antecedieron,
y dejando sus nombres,
egoísmo y salud,
señalan otro futuro
a los que siguen.
La obra que acompaña
fue pintada por la artista
MARILA TARABAY
más de la autora en
http://marilatarabay.blogspot.com.ar/
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