Doce en punto
las campanas revuelven el aire
cortan el viento
retumban pesadas
recibirán miradas
ojos que el reloj necesita.
Los túneles se abren
a cada sonido del campanario
Allí el alma de un esclavo
que se alimenta del batido
de las campanas
aprovecha sus segundos de vida
y recorre pasajes de la
Buenos Aires Colonial
Da pasos acompasados
mira furtivamente
y agazapado
custodia el secreto escondido
en la Manzana de las
Luces.
Cuando todo
se cierne en silencio
la sombra penetra el aire
y oculta la cruz del jesuita
un libro y una alforja
Cada quince minutos
el hombre revive
y recuerda gira piensa
recorre custodia
1776, 1789, 1806, 1809,
1810, suenen campanas
el reino de los no vivos
llega hasta nosotros
1826, 1853, 1863
así hasta ahora
hace algunos años
el se encontró
con muchas bolsas llenas de huesos
esperó y
pacientemente contó
108 cráneos,
108 nombres
108 historias
108 presentes.
Créditos:
La foto que encabeza esta poesia fue tomada por Marina Rovituso
cuyo blog pueden visitar en
http://www.instanteoscuro.blogspot.com.ar/
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