Es nadando bajo el agua
que descubrí lo que era respirar,
orbitando tus planetas
de que se trataba el amor.
Comprendí,
que se puede volar a ciegas,
conservar los sueños,
explotar en mil constelaciones,
y esperarte,
como cuando esperamos,
que los arboles den frutos,
que las huellas,
son caminos de otros.
Podemos recorrerlas
o trazar nuevas,
podemos vibrar,
bailar sufrir crear,
estar tristes o instrospectivos.
Zaratustra no puede decir
lo que nos espera,
lo cierto de esta travesía
que llamamos vida,
es la luminosidad de una estrella enana
a años luz de aquí
insistiendo en echarnos luz
Nuestras almas juntas,
despegarán.
Nos uniremos
en el vapor de un carguero
que zarpó hace dos siglos.
Llevaremos nuestra historia
al nuevo mundo.
Hallaremos la forma
de transmitir ese mismo amor
a quien se nos cruce
porque si algún efecto tiene
eso que llamamos amor
es multiplicar
crecer
sanar
y alimentar para siempre
las utopías de quienes vivimos
para cumplirlas.La pintura que acompaña
fue creada en 1925 por
el artista JOAN MIRO
No hay comentarios:
Publicar un comentario