Temblar estremecido
en el otoño,
cavar la propia incertidumbre,
caminando hojas secas.
Voltear hacia el horizonte,
ver luces furtivas,
sonidos fríos.
Saber muy dentro,
que ya no será verano,
hasta que vuelva a serlo.
Que los síntomas
son inequívocos.
Que el sol
saldrá más tarde,
que parecerá el mismo,
aunque no.
Que tendremos,
otros frutos,
otras palabras.
Que aquella mariposa,
se evaporará,
junto con la rosa y el jazmín.
Que debemos construir tiempo,
que cure en frío y soledad,
el calor que seguramente
renacerá.
ESPACIO HABITADO
(2010)
MARCELA MOTTA
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