Algunas luces
se reflejan sobre
el agua
agitan su
superficie
dibujan ritmos
traen perfume
Murmullos de otoño
sobrevuelan el
puerto
Se pierden en la
profundidad
las flores
peregrinas del verano
A la distancia
el velero amarrado
siente la
ausencia
Aunque
hay huellas de
navegantes
caminos de
estrellas
y arena removida
No se pueden ver
las horas de un
tiempo
que no podrá regresar
tampoco los
destellos del sol
que no podrá
bañar las costas
del recuerdo.
Su dirección
es aleatoria
volverá
cuando el calor
sea suficiente
cuando las letras
se puedan combinar
ese día
me sentare a
esperarlo
y le contaré
el sueño que me
desvela
abrazado por su
sencillez
descansaré mi
secreto en él.
JOAN MIRO
(1950)
SOL ROJO
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