Calles
empedradas
tangos
abrazando las veredas
Desde la
ventana
imágenes recortadas
Una figura
borrosa
se
convierte en recuerdo
Un bloqueo
una señal
luces que
encienden el alerta
Muchas
veces se convierten en algunas
terminan
siendo quizás o nunca
Damos
crédito a ilusiones
vivimos a
esperanza
Nos
enseñaron a esperar
a que pensemos
sentados
que el
tiempo traerá algo mejor.
Que tiene
que ver la paciencia
con la
serenidad de la potencia
No hay
mejor ni existe el tiempo
No es
necesaria la locura
pero
tampoco la evasión
La fuerza
de una rompiente
no es fútil
ni vana
es
constante
va tras su
deseo
Cuando
aprendemos eso
nada nos
puede detener
ni aun el
dolor más tremendo
Lo digo
sangrando
secando de lágrimas
mí camino
desgarrado
pero vital
sufriendo
pero íntegro
No es egoísta
pensar
que uno
solamente se puede curar
Así quien aprendió
a curarse
puede
escuchar el llanto ajeno
y
comprender
Entonces se
evaporan
los
prejuicios y juicios
Nos
acercamos y cuidamos
del otro
sin esperar nada
porque
recibimos al dar
Sin
esperanza
con deseo
inquebrantable
de seguir
vivos
Eso también
es amor
aunque no
lo parezca.
Calle de Bogotá, Colombia
ph: Marcelo Alvarenga
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